LA INVERSIÓN DE LA RELACIÓN SUJETO-OBJETO
Manuel Zevallos Vera
Frei Betto, un escritor y asesor
de movimientos sociales, autor, entre otros libros, de “La Obra del Artista.
Una Visión Holística del Universo”, en un artículo registrado en internet, hace
pública su crítica por los efectos del delirante consumismo que ha trastocado
la relación natural sujeto-objeto al punto que es el objeto el que determina la
conducta preferencial del hombre dentro del mercado de consumo.
Entre otras cosas dice: “El
consumidor neoliberal genera hoy una hazaña que deja a los filósofos más
confundidos: El sujeto humano pasa a la condición de objeto y el objeto – la
mercancía – ocupa la condición de sujeto”. “En caso de que el sujeto se rehúse
a ostentar la lista de objetos considerados refinados entra al riesgo de ser
excluido, rechazado del círculo social que establece como código de
identificación, cierto nivel mínimo de patrón del consumidor”. “El único modo
de ser aceptado por la tribu es revestirse de los mismos objetos que, actuando
como sujetos, le rescatan del oscuro y mediocre universo del común de los
mortales”.
“Ahora, en la postmodernidad, las
personas ya no se relacionan, no se conectan. Los encuentros no son reales sino
sólo virtuales. Ya no se vive en sociedad sino en red. Nadie es excluido sino
borrado”.
Cuando Frei Betto dice que esta
primacía del objeto sobre el sujeto deja confundidos a los filósofos, yo diría
que no les hace mella, pues estos fenómenos de la moda y de la majestad de las
marcas son pasajeros y la realidad física de los mundos y de las mentes no son
trastocables, sino revisemos la verdad establecida por la ciencia en contra del
rigor de la fantasía teológica respecto del universo físico: Se sostenía que la
Tierra era el centro del sistema planetario, según el astrónomo Tholomeo; pero
la investigación científica demostró, según Copérnico y Galileo, que el centro
era el Sol y que la Tierra y los demás planetas giraban en torno de él, lo que
se denominó Teoría Heliocéntrica. Nada ni nadie puede alterar o trastocar esta
relación.
¿Qué dicen los filósofos respecto
a la relación sujeto-objeto?.
Sócrates, criticando la tesis
relativista de los sofistas que decían que “el hombre era la medida de todas
las cosas” y que no existía la verdad porque las sensaciones eran pasajeras,
fenoménicas y refuta esta falsa concepción cognoscente, pues las sensaciones
sólo son la materia prima del conocimiento y a base de ellas, les da un
tratamiento de unión, coherencia y las transforma en una función mental
superior que es la percepción, que es un fenómeno de otro nivel intelectual que
permite sentar principios y leyes con precedencia cognoscente del sujeto sobre
el objeto, lo que se expresa mediante el concepto que es el resultado de la
relación sujeto-objeto, ambos pueden desaparecer, pero el concepto permanece,
por eso sostenemos que la moda, la tecnología desaparecen, pasan, pero el
sujeto permanece a través del concepto que permite seguir fabricando modas,
objetos, ideas, novedades. El sujeto es insustituible porque es el arquitecto
de su vida, costumbres, conductas, deseos, aficiones, objetos, cosas, técnicas.
El filósofo Kant se refiere a la
“Inversión Copérnica”, pues así como Copérnico descubrió el orden Sol-Tierra
cambiando el viejo sistema Tierra-Sol, igualmente Kant sostuvo que si en la
época medieval el pensamiento, las ideas, el hombre giraban alrededor de las
cosas y del mundo, la relación se cambió, pues son las cosas, objetos, mundos
los que giran en torno del pensamiento, del sujeto, del hombre.
El filósofo idealista Hegel
sostiene con razón y sabiduría que “La cultura no es sino la objetivación de
nuestra subjetividad” y nosotros agregamos que donde existe la mano, el sello,
la huella, la idea, el saber, el mensaje y la personalidad del hombre hay cultura.
Aún los objetos y cosas existentes antes que el hombre desde que éste aparece
en la Tierra, ha actuado sobre ellos, les ha puesto nombres, los utiliza, los
explota, los transforma, los transita, los cuenta y son motivo de inspirar
poesía y de ser escenario de felices como dramáticos episodios como sucede con
las aguas de los mares y ríos, los vegetales, los animales, los minerales, el
clima y el medio ambiente. El sujeto hombre impregna su compleja e inagotable
subjetividad a las cosas del mundo físico y las convierte en objetos, o sea un
sujeto de cultura.
El sujeto hombre es y seguirá
siendo el rey de la creación por mandato divino y así como se dice “las
generaciones pasan y sólo Dios permanece”, podemos decir “la moda pasa, los
objetos se transforman, la tecnología cambia y el gran modisto transformador es
el sujeto hombre”, por lo tanto siempre quedará en pie la verdadera relación
“sujeto-objeto”.
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