FERNANDO BELAÚNDE, PENSAMIENTO Y ACCIÓN POLÍTICA
Manuel Zevallos Vera
El filósofo y dramaturgo inglés
Johann Wolfgang Von Goethe ha dejado una frase que es un reto y un compromiso
para los hombres y mujeres de todos los oficios, especialmente para los políticos
y que dice: “Pensar es fácil, hacer es difícil y hacer lo que se piensa es
mucho más difícil”. Don Fernando Belaúnde Terry, dos veces elegido Presidente
Constitucional del Perú, ha sido un pensador enamorado y comprometido por su
amor a la patria peruana y como pocos ha sabido unir su pensamiento a la acción
al punto que creó su partido “Acción Popular”.
“El Perú Como Doctrina” sintetiza
el pensamiento y la acción política de Belaúnde muy bien entendida e
interpretada por el filósofo Francisco Miró Quesada.
En la obra publicada por el Fondo
Editorial de la Universidad Alas Peruanas, prologada por Javier Arias Stella,
como pórtico de ingreso se consignan dos opiniones que encierran la
trascendencia del pensamiento de Belaúnde y que merecen recordarlas:
La del Premio Nobel de Literatura
Mario Vargas Llosa dice:
“Belaúnde transpiraba decencia y
honestidad”.
Amaba profundamente al País que
había recorrido de palmo a palmo, y la doctrina de su partido surgió de esa
realidad en la que él vio no sólo diversidad geográfica, sino belleza.
Y el poeta Pablo Neruda, Premio
Nobel de Literatura dijo:
“Pasé una vez por Lima y Ciro
Alegría, el gran novelista de “Los Perros Hambrientos”, que era entonces
presidente de los escritores peruanos, insistió para que se me condecorase en
su patria, por mi poema “Alturas de Machu Picchu” que había pasado a ser parte
de la vida peruana; tal vez logré expresar en esos versos algunos sentimientos
que yacían dormidos como las piedras de la gran construcción. Además el
presidente peruano de ese tiempo, Fernando Belaúnde, era mi amigo y mi lector…
sigo creyendo que el arquitecto fue un hombre de intachable honestidad”.
Como hijo de un gran político
como fue Don Rafael, sobrino de un ilustre peruanista Don Víctor Andrés
Belaúnde que llegó a la Presidencia de las Naciones Unidas, ambos arequipeños y
Don Fernando limeño, fueron las raíces telúricas y cósmicas de su espíritu y de
su personalidad que supo unir sus ideas y pensamientos a la acción, ha dejado
huellas imborrables para las rutas del Perú contemporáneo, tales como los
núcleos urbanos concentrados con servicios integrales, los edificios
habitacionales como las Torres de San Felipe; la transformación de la que fue
“Caja de Depósitos y Consignaciones” en Banco de la Nación, de los institutos
nacionales y regionales de planificación; de cooperación popular en que el
pueblo intervino en la construcción de sus propias viviendas que les dio vida
independiente, de la creación “de la Junta de Rehabilitación y Desarrollo de
Arequipa”, después del terremoto de 1960 y la más trascendental obra que unió
geográficamente al país como fue la carretera marginal de la selva, que hoy
lleva su nombre.
Quien les habla no fue militante
de “Acción Popular”, pero sí admirador de su personalidad y de su obra de
gobernante que anecdóticamente comenzó con el manguerazo en la puerta de la
Iglesia de la Merced en Lima el 1 de julio de 1956; fue ungido dos veces
Presidente Constitucional del Perú y terminó con su gloriosa muerte.
No comments:
Post a Comment