Thursday, May 3, 2012

Consejos para ser buen turista

Circulan por internet muchos decálogos del buen turista. Después de ver un poco qué es lo que dicen, me he quedado con lo mejor y he aportado un par de cosillas para hacer mi propia lista de consejos que están encaminados a un turismo más sostenible pero también a un turismo más interesante y que proporcione mejores experiencias.

Cultura: Viajar para desconectar, pero también para conectar y siempre respetando la dignidad de las personas:

- No intentar encontrar pruebas que confirmen nuestras ideas preconcebidas del lugar. Abrir los ojos y la mente.
- Quedarse más tiempo en el destino para entender más, conocer más gente y contaminar menos (Fin de semana de compras en Londres, mejor no).
- Aprender algo de la lengua y códigos culturales (para entendernos mejor), pero también de los problemas sociales y políticos (para saber dónde nos da el aire)
- No dar regalitos a los niños pobres (o generaremos la cultura pedigüeña). Si queremos ayudar, podemos ayudar a una organización popular local de confianza.

- No hacer fotos a la gente como si estuviéramos en el zoo. Preguntar y en caso de duda no hacer fotos.
- Si la cultura local es más conservadora, vestir de acuerdo con ella (no hace falta ponerse el burka, sólo pantalones largos)
- Obvio: no participar en la prostitución con menores (y con mayores mejor tampoco)
- Comparte tu conocimiento e ideas. Ellos también pueden aprender algo de ti

Economía: Viajar para contribuir a la prosperidad de la comunidad local:

- Comprar productos autóctonos
- Evitar la pulserita (hoteles “all-inclusive”). Que nuestro gasto no lo decida una gran empresa , sino nosotros mismos.
- No regatear a cara de perro (sin dejarse timar claro está)
- Contratar guías locales (profesionales si puede ser)

Medioambiente: Viajar intentando fastidiar el planeta lo menos posible:

- Evitar el transporte privado y el avión (sobre todo si es prescindible). Lo mejor: un pasito a pie y otro pedaleando.
- Minimizar el consumo de recursos: ahorrar agua, apagar luces y no abusar del aire acondicionado, etc.
- No meternos en este lugar virgen de malas maneras y a las bravas (no pretendas que no has visto la señal de prohíbido el paso)
- Cuando estemos en una zona de valor ecológico, limitarse a tomar fotos y dejar huellas.
- Obvio: No comprar animales autóctonos o productos prohibidos (marfil, cuerno de rinoceronte, etc.) ni llevarse plantas, rocas, etc.

Consejillos extra de mi cosecha:

- Minimizar el equipaje (más ahorro, menos CO2, menos preocupaciones)
- Usar pilas recargables (por parecidas razones al punto anterior)
- Buscar el equilibrio entre planificación alemana y flexibilidad
- Viajar en temporada baja si se puede (menos masificación, más ahorro)
- Manda las fotografías que prometiste. En la era del email, más fácil imposible.
- Si encontraste un lugar virgen y vulnerable, sé cuidadoso a la hora de compartirlo. Si plantas la semilla del turismo masivo podrías ser responsable de su destrucción.
- Pregunta a los alojamientos y demás profesionales turísticos sobre su política de responsabilidad hacia estos temas. Son muy sensibles a los comentarios de los turistas.
- No te pases de desconfiado. Sabemos que los turistas son objetivos fáciles de los ladrones, pero si desconfias en exceso estás autoexcluyéndote de posibles relaciones sociales, y serás despreciado por ello. Hay que informarse sobre los riesgos y tomar las debidas precauciones. Ni más ni menos .


¡Buen Viaje!

Turismo: lo auténtico vs lo bonito

by Carlos Buj

Algunos turistas pretenden llegar a un lugar “auténtico”, es decir, que ha evolucionado ajeno a las expectativas de los turistas (influenciadas por la publicidad de agencias de viaje y televisión) y que sin embargo goce de todos lo servicios que cualquier turista necesita, que los servicios estén impecables, que todo el mundo hable inglés y que acepten dólares o euros… que no sea muy caro y lo más importante, que no haya más turistas que ellos, que además no son turistas, son viajeros: la cuadratura del círculo..

Si por auténtico entendemos un espacio que haya sido pensado y vivido sin tener en cuenta la mirada del turista y que se haya moldeado en cambio en función de otras necesidades particulares, deberíamos repensar qué visitar.

Hay lugares donde nadie nos querrá vender entradas para un show de flamenco, ni los menús estén en inglés y alemán, ni los precios estén hinchados, ni los locales sean cool, porque el barrio se haya gentrificado.

Es fácil, basta con visitar cualquier lugar que no se mencione en la Lonely Planet como un suburbio industrial o una ciudad dormitorio, donde los restaurantes serán “auténticos”, nos dará una idea precisa de la vida cotidiana contemporánea del país que visitamos y podremos respirar el mismo ambiente que respiran los locales.

Los animales de carga en el Turismo Responsable

by Carlos Buj

Brooke, una ONG, inglesa por supuesto, se dedica a preocuparse por las condiciones en que viven los animales de carga en todo el mundo, especiamente en el turismo. Los animales de carga son aprovechados al máximo en condiciones indignas incluso para los animales.

La pregunta que me asaltó a mí y seguramente a ti también es ¿no hay que preocuparse primero de las personas?

Quizás una cosa no quita la otra. Además tener animales en buenas condiciones también beneficia a sus dueños. En el video y en el texto a continuación piden a los turistas que tengan en cuenta estas cuestiones.

Millones de caballos y burros de trabajo son parte de la vida cotidiana en los destinos turísticos más populares. Pero el exceso de trabajo y las malas prácticas pueden hacer sufrir mucho a los animales.

Muchos animales pasan todo el día transportando pesadas cargas, ya que llevan a los turistas a través de terreno difícil a precios de ganga, a menudo bajo el sol abrasador, con la cortina de poca agua, o de descanso. Agotados, los animales sufren por calor, lesiones, golpes, deshidratación y heridas para que sus propietarios empobrecidos puedan traer algo de dinero a casa.

Toda persona tiene el poder de evitarles el sufrimiento a caballos o asnos, y Brooke está ahí para ayudar a los viajeros a tener cuidado y tomar decisiones responsables …

Hacia un turismo más sostenible: entre la retórica y la realidad

by Carlos Buj

“Las compañías no pueden evitar hacer frente a su responsabilidad con el medio ambiente” ¿Qué ONG dijo esto? Seguramente muchas, pero la novedad es que ahora esas palabras han salido de una empresa. En concreto, la cadena de hoteles nórdica Scandic. La cita -en su web- continúa: “Por lo tanto promoveremos un menor impacto medio ambiental como un medio ambiente mejor. ¿Será esto algo exclusivo de los países nórdicos, siempre más avanzados que los países mediterráneos?

Parece que no, si nos atenemos a la siguiente frase del director de Paradores, Miguel Martínez, en esta entrevista, en la que dice ”va a ser vital para cualquier país del mundo hacer turismo sostenible. El país que no hable de turismo sostenible, de cambio climático, de aplicación al turismo de energías renovables… pierde el tren del futuro”.

Las instituciones parece que también van adquiriendo el concepto, vinculando éxito empresarial y sostenibilidad: “la sostenibilidad es un imperativo para la competitividad de los destinos turísticos en todo el mundo, que se refleja en sus estrategias de venta”. Esta frase es de Humberto Rivas, de la Organización Mundial de Turismo, durante su disertación en el Foro Dominicano de Turismo (Fodatur).

Incluso la realeza se ha incorporado al discurso de la sostenibilidad turística. Así lo hizo el Príncipe Felipe de Borbón en la edición del Congreso de Ética y Turismo que tuvo lugar en Madrid hace unas semanas. No son inusuales las apelaciones a la sostenibilidad y a la responsabilidad social salidas de consejeros, alcaldes y ministros.

Apoyar el turismo sostenible o responsable queda bien, es “sexy” y mejora la reputación de quien lo hace. Sin embargo, el vocabulario y la retórica adelantan por mucho a la credibilidad que dan las acciones hechas. Obras son amores y no buenas razones dice el refrán.

Más que la mala fe de las personas que toman las decisiones, la distancia que separa el discurso y la realidad se debe sobre todo a la falta de entendimiento de las implicaciones de la sostenibilidad, que cruzan transversalmente cualquier sociedad u organización. Además requieren un esfuerzo. A menudo, las propias empresas no pueden ser sostenibles porque esto las hace menos competitivas.

No es, sin embargo, el caso del turismo, donde destruyendo el destino, es decir, la materia prima que alimenta a esta industria, nunca puede ser rentable más allá del plazo inmediato. Por no hablar de la creciente sensibilidad de los turistas (especialmente los del norte de Europa, que además son los predominantes en España).

10 verdades incómodas sobre el turismo sostenible y la sostenibilidad

by Carlos Buj

Hace tiempo que quería compartir esta lista de verdades incómodas, conocidas por muchos pero expresadas por muy pocos. Si no estás de acuerdo con alguna me gustaría que explicaras por qué en los comentarios.

PRIMERA Sólo los habitantes del planeta que llevan estilos de vida insostenibles se preocupan por ser más sostenibles y los que viven de una forma sostenible están cada vez más interesados en copiar el modelo insostenible-consumista de los primeros: aún no se ha conseguido ligar sostenibilidad a un alto nivel de vida a gran escala en la práctica, aunque es perfectamente posible.


SEGUNDA Ofrecer productos y servicios “verdes” no conlleva necesariamente un aumento de la demanda, especialmente si las buenas prácticas no afectan directa y positivamente a la experiencia del turista. Eso sí, las malas prácticas pueden expulsarte del mercado.


TERCERA Ser irresponsable puede resultar más rentable, especialmente a corto plazo.


CUARTA Gran parte de lo que se autodenomina eco, bio, sostenible, verde, etc. no corresponde a la realidad lo que ha provocado el desdén y cinismo del consumidor.


QUINTA Los vuelos internacionales son altamente insostenibles, generan dependencia del petróleo barato que no durará y contribuyen intensamente al cambio climático.


SEXTA La Responsabilidad Social (RSC o RSE) de las empresas más que tender a modificar el modelo de negocio hacia otro más responsable y sostenible se suele centrar en lavarse la cara con pequeñas acciones financiadas una mínima parte de los beneficios. A pesar de esto, han tenido éxito en desactivar las críticas a su modelo de negocio y transmitir la idea de que el sector privado está haciendo algo positivo. Si se quiere implementar algún cambio sustancial en el sector turístico (o cualquier otro) no basta con dejar que las empresas se auto-regulen.


SÉPTIMA Las políticas de gobiernos y empresas no tienen en cuenta los efectos de sus acciones a largo plazo y son incapaces de ofrecer una solución convincente a los cada vez más acuciantes desafíos que enfrenta la humanidad. El sistema económico necesita cambios muy sustanciales y no superficiales como hasta ahora.


OCTAVA La inmensa mayoría de los consumidores no suelen comprar de forma ética, especialmente si no les reporta algún beneficio directo.


NOVENA La sostenibilidad pasa necesariamente, en los países desarrollados, por limitar en gran medida el consumo de bienes materiales. No tener coche es sostenible; tener un coche ecológico no tanto.


DÉCIMA El consumo responsable por sí solo es insuficiente para modificar los problemas del modelo económico de mercado.