Thursday, December 8, 2011

Rescatistas farsantes de Ciro al descubierto!




ULTIMA NOTICIA! Rescatistas farsantes de Ciro al descubierto

Papá de Ciro Castillo habría sido estafado por falsos rescatistas!

Por The Colca Specialist

El secretario de la asociación de guías de turismo de Arequipa Sr Guillermo Rendón Cuadros denunció públicamente ante las autoridades de Caylloma y Arequipa la presencia de una gran cantidad de farsantes que haciéndose pasar por rescatistas profesionales han cobrado ingentes sumas de dinero tanto a la AUTORIDAD AUTONOMA DEL COLCA (AUTOCOLCA) como al padre del fallecido estudiante Ciro Castillo Rojo siendo el caso más escandaloso el del falso guía de montaña Zacarías Ocsa quien incluso viajó hasta la Lima para montar todo un show televisivo cuyo único fin era promocionar sus servicios como guía turístico y hacer su agosto a través de la venta de sus libros y la organización de expediciones.

¿CUANTO DINERO LE PAGO AUTOCOLCA A ZACARIAS OCSA POR SUS SERVICIOS COMO RESCATISTA EN EL BOMBOYA?

¿Por qué hasta la fecha AUTOCOLCA no quiere dar un informe del dinero pagado a Zacarías Ocsa y a otros falsos rescatistas?

Las investigaciones continúan y lo cierto es que Zacarías Ocsa no sería el único “estafador”. Habrían otros más que haciéndose pasar por guías profesionales de montaña, habrían cobrado jugosas sumas de dinero tanto a los padres del estudiante asi como a otras instituciones.

El secretario de la Asociación de Guías de Turismo de la Provincia de Caylloma solicitó a la fiscal Rosario Lozada asi como a la Policia Nacional del Perú hacer una investigación exhaustiva de cada uno de los participantes en dicho rescate ya que podrían haber sorpresas.

También se ha descubierto que algunos organizadores de grupos de rescate habrían cobrado dinero por rescatistas “fantasma” que ni siquiera han estado en el lugar de los hechos hechos delictivo en los que estarían implicados conocidos dueños de agencias de viajes de Arequipa.

En este articulo The Colca Specialist ha publicado también en la parte superior de este blog, los oficios emitidos por la Asociación de Guías de Alta montaña de Arequipa los mismos que verifican de forma contundente que serían muchos los impostores que han estafado a los familiares de Ciro Castillo Rojo con el cuento del rescate.En ellos se pueden ver claramente el nombre del Sr Eloy Cacya,el guía de montaña que encontró el cuerpo de Ciro. Es una verguenza que muchos diarios capitalinos incluyendo programas de televisión como "LA NOCHE ES MÍA" hayan sido estafados por estos fascinerosos que lo único que les importa es la publicidad y nada más.

En la actualidad se viene investigando también los vínculos de Zacarías Ocsa con la asociación de guías del valle del Colca AVC y con las asociaciones de guías de turismo de Arequipa esto debido a una serie de irregularidades existentes.

El alcalde de Caylloma Elmer Cáceres Llica ha sido informado de dicha penosa situación mediante oficio y esperamos que se manifieste al respecto en los próximos días y ponga orden en el circuito del Cañón del Colca por el bien de todos.

The Colca Specialist

Zacarías Ocsa y el prisionero del Bomboya

Por Jhonatan Segura Caballero

Es el único de la expedición que quedó gravitando en las pantallas locales y nacionales. Podría decirse que, a su lado, el debut de Rosario Ponce como modelo, fue un efímero entremés que se escurrió en el inevitable desapercibimiento. Al parecer, Zacarías Ocsa, no quiere dejar el romance con las primeras planas y hace lo posible por perennizarse a fuerza de zafadas revelaciones sobre el caso Ciro. En esta nota, un recuento de sus historias de gritos, sirenas y almas en pena, que ya le ha generado distanciamientos con la comunidad de guías del Colca.

Cuentista:

Zacarías Ocsa dice que cuerpo de Ciro fue colocado en las rocas.

Dicen los guías de montaña que viene de “más arribita de La Calera”, de un pueblo llamado Canocota y que, recibió buen dinero por “acompañar” las labores de búsqueda de Ciro en el cañón del Colca. Sin embargo, preferimos escuchar una voz autorizada que nos revele, de una vez por todas, quién es este hijo del Bomboya que en los últimos días ha sazonado, más de la cuenta, algunos pasajes que corresponderían a la búsqueda del universitario hallado muerto en el Colca.

Para Eloy Cacya, montañista que encontró a Ciro, Zacarías Ocsa no es sólo su gran amigo, sino también un gran aprovechador, pues desde que conoció al doctor Ciro, la relación entre ambos sufrió una dependencia que permitió niveles insospechados de manipulación. Cacya no sólo revela que Ocsa se convirtió en brazo derecho de Castillo-Rojo, sino que se benefició de los pagos que el doctor hacía, sin realizar aportes relevantes en la búsqueda.

¿Cuál era la función de Ocsa en la expedición?, le preguntamos y Cacya, dice que era la de compañía, llevar chamanes y curanderos, pero sobre todo, la de desviar el curso de la búsqueda. Para muestra una escena. Zacarías Ocsa y un chamán van tras las pasos de Ciro en la zona de Fortaleza. “Está cerca”, dice el guía, luego asegura, entre jadeos, que el universitario pide agua, sin embargo, como ocurrió en todo el proceso de búsqueda, no encuentran nada.

GRITOS DEL ALMA

Un sub oficial de la Unidad de Salvamento de Alta Montaña (Usam –Cusco), de apellido Jibaja, dijo a El Búho que Zacarías Ocsa estuvo “paseando” al doctor Ciro, pues era notorio su desconocimiento en materia de búsqueda y rescate. Jibaja cuenta que el guía estaba abastecido de una botella con agua y una bolsa de dormir, elementos insuficientes para jornadas de ese carácter.

El sub oficial dice que convivió más de 15 días con el díscolo Ocsa, entre el 22 de abril y los primeros días de mayo. Y asegura que los gritos que oyó el guía fueron un invento para atraer las cámaras, adicción que ya había empezado a manifestar cuando pidió leerles las hojas de coca a los padres de Rosario mientras ella aún se hallaba perdida. Como era de esperarse, la lectura divina no dio con el paradero de Ponce.

Esta semana Ocsa aseguró que los mentados gritos lastimeros los oyó en compañía de los policías de la Usam-Cusco. Y a diferencia de lo que sostuvo inicialmente, ahora dice que eran gritos del “almita” de Ciro. Pero Jibaja lo niega y recuerda más: cuando llegaron a la zona de Peige, Zacarías aseguró percibir el olor putrefacto de un cuerpo humano, muy cerca de donde encontraron a Rosario. Al día siguiente tuvo un sueño, y al subsiguiente oyó gritos de auxilio.

Eloy Cacya. Descalifica trabajo de Ocsa.

LOS CUENTOS DE ZACARÍAS

El último miércoles 23, Zacarías Ocsa apareció en la puerta de la oficina de la fiscal Rosario Lozada. No fue citado, pero se quedó por más de 3 horas, suponemos, dialogando sobre las amenazas de muerte que dice haber recibido el 15 de noviembre, los gritos de Ciro y su experiencia personal en la búsqueda. Lo extraño es que ese mismo día se hizo presente en la Fiscalía Eloy Cacya, pero fue atendido casi en la puerta y su encuentro con la fiscal no excedió los 10 minutos.

Dos días después, Ocsa presentó su libro de cuentos en el que, a falta de una explicación que defina culpables sobre la muerte de Ciro, creó una historia con tufillo a hipótesis, sobre una sirena encantando al universitario y sumergiéndolo en las aguas de una cascada. Al respecto, el doctor Ciro, que además prologó el libro, dijo que el guía tiene todo el derecho de pensar lo que quiera sobre la muerte de su hijo.

Según Eloy Cacya la publicación del libro sería una argucia más de Ocsa para lucrar con el caso, pues ya habría recibido una fuerte cantidad de manos de la Autoridad Autónoma del Colca (Autocolca), por concepto de búsqueda. La afirmación de Cacya no fue negada en las oficinas de Autocolca, aunque prefirieron no especificar el concepto del pago.

Por lo pronto, César Neyra Nuñez, presidente de la Asociación de Guías de Turismo del Valle del Colca, ha denunciado a Ocsa, por el delito de usurpación de funciones, al autodenominarse, según ellos, guía de montaña, cuando su cartón sólo lo acreditaría para guiar caminatas por los miradores conocidos del valle.

Miguel Zárate, montañista que dirigió la búsqueda de Rosario Ponce, concuerda con Cacya y Núñez, pero prefiere redondear al inefable Ocsa bajo el calificativo de figureti, pues a pesar de no haber participado antes en búsqueda alguna, quiere posicionarse como un personaje vital en el hallazgo de Ciro.

Mientras, Zacarías Ocsa persiste en que detrás de la muerte de Ciro hay implicados. Así lo revelaría la postura en que fue hallado el cadáver. Según este cuestionado guía, alguien lo llevó hasta esa cuna de roca y lo dejó morir. Finalmente, respecto a las críticas de Eloy Ccya y los demás montañistas, Ocsa dispara con una inusitada sencillez y dice que no se necesita un cartón de guía para ayudar a las personas que lo necesitan. Segundos después aclara que nunca cobró un centavo al doctor Ciro.

Pasado de guía

Según montañistas de la zona, Zacarías Ocsa trabajó como promotor cultural en la municipalidad de Chivay, gracias a su primo Bernardo Ocsa Yajo, en ese entonces alcalde provincial. Actualmente Ocsa dirige una agencia de turismo. Se graduó como guía local el año pasado, en un instituto de Arequipa.

Especial. El caso Ciro Castillo.

La chica cuyos novios le cargaban la mochila

Quién es. Una misteriosa personalidad en el centro de las sospechas. ¿La personalidad de Rosario Ponce puede explicar lo que ocurrió en la montaña? Incidentes inéditos de los enamorados que se perdieron en el Colca.

Ricardo Uceda

Una de las características más notables del enigma que rodea la desaparición de Ciro Castillo es la abrumadora creencia de que su compañera de viaje, Rosario Ponce, esconde algo. No necesariamente se presume que lo asesinó, sino que oculta cierto episodio que pudiera comprometerla o incomodarla. La creencia se percibe en todas las esquinas pese a que no descansa en ninguna evidencia. Tampoco nace de contradicciones en que hubiera incurrido, aunque atribuírselas es un deporte común. De hecho, la versión de esta universitaria de 25 años no ha convencido a cinco editores de diarios y televisión entrevistados para esta nota. “Algo no cuadra, falta una pieza”, dijo uno de ellos. Pero esta pobre credibilidad explica solo una parte de su imagen de culpable. La principal fuente de las sospechas es la indiferencia que exhibió respecto de la suerte de quien fuera su enamorado.

Esto lo perciben bien editores cuyo negocio es subir las tiradas y la audiencia. “Lo que más irrita a la gente es que ella da señales de que no quiere a Ciro y que no le importa su suerte”, dijo Nicolás Lúcar, conductor del espacio Punto Final en Frecuencia Latina, que logra sus más altos ratings cuando pone a las familias de Ciro y Rosario frente a frente.

Víctor Ramírez, editor de Ojo, también se frota las manos cuando habla, pues el diario subió fuertemente las ventas con su agresivo tratamiento del caso. Opina que Rosario es atacada sobre todo por su indiferencia ante Ciro.

Para Víctor Patiño, editor de El Trome, líder de los tabloides sensacionalistas, el tema tuvo tres momentos. Primero un allegro: euforia mediática ante la aparición de Rosario, lo cual insinuaba un pronto rescate de Ciro. Segundo, los medios se inclinan ante la tenacidad del padre para encontrar a su hijo.

Al final, sin embargo, todos se vuelven contra Rosario, completamente entregada a su recuperación sicológica mientras centenares de personas rastreaban de arriba abajo el nevado Bomboya buscando a su amorcito. “Nunca la calificamos de asesina –dice Patiño– pero no es culpa nuestra que todos perciban su indiferencia”.

Los siquiatras matan a Ciro y el abogado lo resucita

Dos semanas después de que, en súbito cambio, enviara mensajes amorosos a Ciro en su Facebook, Rosario Ponce regresó al desinterés. La situación la tenía harta. Declaró que una parte de ella deseaba que Ciro apareciera para que todo se esclarezca.

–¿Solo por eso?– preguntó el reportero de Frecuencia Latina Gastón Gaviola, antes de quedar estupefacto.

–Sí, solo por eso.


Y Rosario añadió que si Ciro reapareciera de ninguna manera volvería con él. Ya no lo quería porque sus padres estaban haciendo mucho daño. La última semana la chica volvió a hacer noticia al pedirle a Ciro “que sea hombre” y reaparezca. En realidad seguía un libreto trazado por su abogado. Como es investigada por asesinato, conviene recordarle a la gente que aún no se prueba que el desaparecido haya muerto. En esto Rosario contravino el libreto de sus dos siquiatras, para quienes ya es tiempo de que, en su interior, Ciro muera definitivamente.

Periodistas, sicólogos de ambos sexos y comentadores de toda índole han analizado las reacciones de Rosario cuando le preguntan por Ciro: cómo cuando va a hablar de él mira hacia arriba y, antes de responder que efectivamente le importa, se demora, hace un mohín y después dice que sí, que quiere que lo encuentren. Se recuerda que sus primeras palabras al ser rescatada fueron para saber quién había ganado las elecciones, luego de lo cual recién pidió buscar a Ciro. Qué tanto amor por su hijo ahora, se preguntan otros, cuando lo dejó varios meses para irse a pasear con el enamorado.

Un amigo de Ciro que habló para esta historia llamó la atención sobre el hecho de que en las vigilias y otras actividades de solidaridad que se organizaron para apoyar su búsqueda Rosario nunca estuvo. “¿Sabe quién asistía? Elizabeth, su antigua enamorada. Ella, que desde hacía más de un año que ya no tenía una relación sentimental con él.”

Admitamos que Rosario quería poco a Ciro, o que no lo quería. ¿Tiene alguna relevancia para el esclarecimiento del misterio? En este punto puede ser oportuno hacernos una idea del perfil de ambos.

El chico que no dejaría abandonada a una mujer

La información acerca de Ciro Castillo es fácil de conseguir y brota espontáneamente entre quienes lo conocen. Las versiones son muy parecidas. Era un muchacho afable y tranquilo, de quien no podría esperarse una actuación extraña o turbulenta. “Antes de conocerlo bien me parecía un pavo”, dijo un amigo. Estudiaba para pasar, no se hallaba entre los destacados. Perdió un ciclo por descuidado, aunque profesores afirman que era inteligente y aprendía muy rápido.

Su vida, desde que ingresó a la Universidad Nacional Agraria, transcurría en el campus de La Molina, a donde llegaba por las mañanas en un solo microbús desde su casa, sobre la calle Bolognesi, en La Punta.

Aunque hizo varias amistades estrechas con amigas de su clase, Ciro no se relacionó sentimentalmente con ninguna de ellas en la universidad hasta que comenzó con Rosario, en el último año. Era de su promoción. Ambos ingresaron en el segundo semestre del 2004 a la especialidad de ingeniería forestal, pero no se hicieron amigos sino hasta mucho después. Aquel primer año Rosario solo tenía ojos para el estudiante de agronomía Carlos Abad. Es el padre de su hijo Santiago, que ahora tiene cinco años.

Durante la mayor parte de su carrera, a Ciro se le conoció una sola enamorada: Elizabeth Segura Drago, una estudiante de sicología con la que estuvo exactamente tres años contados a partir de diciembre del 2006. A los pocos meses Ciro la presentó a su familia, con la que pasaban juntos la mayoría de los fines de semana en La Punta.

La fiscalía de Arequipa a cargo del caso encontró necesario investigar esta parte de la vida amorosa del desaparecido. Interrogada al respecto, Elizabeth Segura le dijo a la fiscal Elbia Surco que Ciro era “muy caballero, muy preocupado”. No era celoso, siempre pensaba las cosas antes de reaccionar, jamás la insultó ni golpeó, nunca tuvo con ella una discusión desagradable. Elizabeth, por último, se refirió al momento en el que, supuestamente, Ciro dejó a Rosario en la montaña.

–Él es un protector–dijo–. Jamás dejaría abandonada a una mujer.

Hay una especie de unanimidad acerca de este rasgo entre las amigas del desaparecido. Una de ellas dijo: “Una vez, cuando vio que yo estaba un poco afectada simplemente porque había visto a un ex enamorado, insistió en acompañarme a mi casa pese a que él daría una vuelta muy grande, porque después tenía que irse al Callao”. Las referencias sobre Ciro abundan en situaciones de este tipo. Precisamente lo que no ocurre cuando se pregunta por Rosario Ponce.

Cuando a una chica forestal le cargan la mochila

Los estudiantes de ingeniería forestal ingresan a la Universidad Agraria en grupos de treintaitantos y, descontando a desertores o rezagados, los que finalizan la carrera, al cabo de cinco años, conforman un grupo estrechamente unido.

No tanto por el tiempo pasado en clases sino por los viajes, pues a partir del segundo año empiezan a recorrer juntos las zonas de exuberante flora y fauna y de manejo forestal. Así, en el Ciclo de Campo 1 se van primero una semana a Paracas y Pampa Galeras, donde aprecian la conservación de las vicuñas, y después tres semanas a Tarma, Chanchamayo y Oxapampa, y por último cinco semanas al centro forestal de Jenaro Herrera, en la selva baja, a 16 horas en lancha de Iquitos.

Al año siguiente, el Ciclo de Campo 2 considera excursiones a los aserraderos de la selva central, a Pucallpa y a Trujillo, por un espacio de cinco semanas.

De modo que en estos viajes, donde están solos muchos días en medio de un campamento, no solo aprecian la botánica forestal y las distintas maneras de medir e inventariar árboles, entre otros aprendizajes, sino que también se aprecian a sí mismos: llegan a conocerse bien, se hacen grandes amistades, a veces tienen sexo, a veces se inician romances que duran un ciclo de campo o mucho más. La historia de Ciro y Rosario comenzó en el último ciclo de campo, a fines de la primavera del 2010.

Ciro estaba libre y Rosario acababa de tener un choque y fuga con otro chico forestal, tan efímero que no viene al caso detallar. Sin contar la que iniciaba con Ciro, ella mantuvo tres relaciones conocidas durante su paso por la universidad.

Desde el primer año fue enamorada de Carlos Abad, padre de su hijo Santiago, y con quien salía desde que estudiaron juntos en la academia preuniversitaria. Aunque Abad ingresó a otra carrera, Agronomía, en el campus se los veía frecuentemente juntos. Cuando quedó embarazada Rosario asistió normalmente a sus clases.

En el 2008, ya separada de Abad, apareció en escena otro alumno de Agronomía: Víctor Cabrera, más conocido como Shrek. Rosario no se mostraba explícitamente con su nuevo enamorado, por ejemplo no caminaban tomados de la mano, pero nadie dudaba de la devoción de Shrek, quien era visto cargándole la mochila, o calentándole su almuerzo en uno de los comedores de estudiantes, o durmiendo dentro de su auto en la playa de estacionamiento.

Pestañeaba por las mañanas, luego de haber madrugado en el Callao para recoger a Rosario de su casa de La Molina y llevarla a la universidad. Es difícil saber a ciencia cierta cuándo ella terminó con un muchacho tan caballeroso. Ahora mismo es su mejor amigo, según le dijo Rosario al fiscal de Chivay, Leonel Angulo.

En julio del 2009 Shrek fue a dejarla al aeropuerto –¡a las 2 am!– para que ella iniciara el tercer viaje de su Ciclo de Campo 1, en Iquitos, y, según testigos, cuando Rosario regresó ya tenía otro enamorado: Luis Miguel León, entonces su compañero de clases.

En sus declaraciones ante la fiscalía ella dice que esta nueva relación duró entre noviembre del 2009 y marzo del 2010. Pero León afirma otra cosa: que fueron enamorados entre marzo del 2009 hasta junio del 2010.

Tres versiones distintas sobre el inicio y fin de la relación. En todo caso, Rosario y Luis Miguel viajaron juntos al Colca en marzo del año pasado. En la versión de Rosario, rompieron inmediatamente después, y es inevitable pensar que discutieron en su recorrido por la montaña. Diera la impresión de que Rosario pelea de cuando en cuando en sus viajes.

Con Luismi tuvieron una discusión fuerte en Iquitos. Él no regresó al campamento de Jenaro Herrera y al poco tiempo mandó al diablo los estudios de ingeniería forestal y se cambió de universidad. Luego se amistó con Rosario por algún tiempo. En la fiscalía dio un motivo de la separación: los padres de ella no lo admitían, y eso complicaba mucho las cosas.

Aunque de un carácter distinto al de Shrek –más abierto e impulsivo– Luis Miguel también fue visto cargando la mochila de quien fuera su enamorada. Ciro, en cambio, lavaba los platos usados por Rosario durante el trabajo de campo que hicieron en Madre de Dios, en enero del 2011.

El lector puede preguntarse si es relevante saber que Rosario era engreída por sus novios. Solo en la medida en que nos dice algo de su perfil: no es una típica chica forestal. Una estudiante de esta carrera, que debe tomar un hacha para talar árboles y que arranca matorrales con sus propias manos, está acostumbrada al esfuerzo físico y a la rudeza del trabajo agrícola.

Una chica forestal jamás pide que le carguen la mochila. En las clases de Producción Agropecuaria las estudiantes mujeres cargan su lampa y cultivan la tierra como cualquier campesino. Rosario Ponce no. Cuando llevó la materia vino a ayudarla Efraín Matos, eterno admirador, quien ya había hecho el curso durante el ciclo anterior.

—Tal vez fue Rosario quien le pidió a Ciro que, como estaba cansada y débil, fuera a buscar ayuda y no regresara sin ella– dijo un policía que analizó el caso. En efecto, esto es más fácil de creer que la tesis de que él la abandonó. Sin embargo, como se verá más adelante, hay especulaciones que jamás se comprobarán si antes no se encuentra el cuerpo.

Rosario y Ciro abandonan las prácticas

No obstante lo narrado, al cabo de sus relaciones con Rosario los ex enamorados guardan un buen recuerdo de ella. Son amigables sus relaciones con Carlos Abad, el padre de su hijo, y el abuelo Abad, un militar en retiro a quien en algún momento se vinculó al supuesto asesinato de Ciro, puso el pecho por ella sin vacilación.

Shrek, ya se dijo, es “mi mejor amigo”, y el padre de Shrek, Miguel Cabrera, nada menos que su abogado. Luis Miguel Otero, el tercer ex, es otro que la defiende. En la fiscalía declaró que ella ama a su hijo por sobre todas las cosas y puso en duda que tienda a ocultar situaciones. “Es distraída”, explicó.

En cambio se perciben muchas críticas a Rosario entre sus compañeros de clase. Están relacionadas principalmente con su comodidad y engreimiento ante determinadas obligaciones. Durante las entrevistas para esta nota fueron referidas renuencias persistentes a hacer tareas esforzadas propias de la especialidad.

En enero último, Rosario y Ciro integraron un grupo de la Universidad Agraria que hizo prácticas profesionales en Tambopata, Madre De Dios, en una reserva amazónica de Inkaterra. Internados en un albergue para investigadores con luz eléctrica limitada, durante el día debían medir árboles distantes a varias horas de viaje por el río, y por la noche realizar informes y otras tareas.

Diversas fuentes confirmaron que Rosario abandonó estas prácticas sin causa justificada. A los pocos días, igualmente sin justificación, las abandonó Ciro. Ellos se reunieron luego en Puno, donde celebraron la fiesta de la Candelaria.

Durante su viaje por tres departamentos del sur, aquel verano, Rosario y Ciro tuvieron varias peleas de enamorados que han sido reportadas por la prensa e investigadas por la fiscalía. Nada fuera de lo común. Los mensajes de texto entre ellos enviados desde sus respectivos celulares demuestran una relación cálida y afectuosa, especialmente de parte él, aunque ella no se quedaba corta. En uno de ellos, cuando estaban próximos a verse después de varios días, Rosario le escribió:

–Precioso, quiero romper el catre contigo.


Vivían una etapa en la que él la seguía como un perrito. De modo que en el largo verano del 2011 durante el cual Ciro y Rosario viajaron a Madre de Dios, Puno, Cusco y Arequipa, hasta terminar en la fatídica excursión al Colca, nada parece haber ocurrido que tuviera un efecto determinante en la desaparición del estudiante.

No, si Ciro fue víctima de un accidente o de un acto criminal desconocido solo pudo deberse a lo que pasó en las montañas. En cuanto a Rosario, habiendo demostrado aquí que la primera creencia generalizada, la de que ella es una chica mala, no permite implicarla en el asesinato de Ciro Castillo, vayamos a la segunda: que incurrió en numerosas contradicciones sobre los hechos. ¿Realmente se contradice?

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