Tuesday, October 15, 2013

UN TEÓLOGO Y FILÓSOFO GANÓ EL PREMIO NACIONAL DE CULTURA

UN TEÓLOGO Y FILÓSOFO GANÓ EL PREMIO NACIONAL DE CULTURA

Por Manuel Zevallos Vera

Con un gran acierto de justicia axiológica el Ministerio de Cultura a cargo del Dr. Luis Peirano Falconi, después de muchas décadas restableció y convocó a concurso público los premios nacionales de cultura, con la novedad de diversificarlos en tres categorías: Trayectoria, Creatividad y Buenas Prácticas y después de una sostenida deliberación de parte del respectivo jurado, ha declarado ganador en la categoría “Trayectoria” al Teólogo y Filósofo Gustavo Gutiérrez, por tratarse de un sacerdote que, en el campo acuciante de la teología, ha sostenido un punto de vista de un cristianismo puro y fiel al sentimiento humano del mensaje de Cristo. Con Gustavo Gutiérrez hemos alternado y conversado en certámenes y congresos nacionales de Filosofía, hemos leído y comprendido su pensamiento sobre la “Teología de la Liberación” y cuya concepción la comento en mi libro “La Identidad Filosófica de América Latina”. En resumen decimos lo siguiente:

En su consagrada obra traducida a varios idiomas “Teología de la Liberación”, Perspectiva editada en 1,971, los comentarios, polémicas, adhesiones, adversarios y seguidores se han multiplicado en el mundo y Gustavo Gutiérrez, sin abandonar ni traicionar su posición evangélica, ha calado hondo en el alma y la misión redentora del hombre, no sólo espiritual, sino social, por parte de la Iglesia Católica. Para Gutiérrez, “la reflexión teológica sería entonces necesariamente una crítica de la sociedad y la iglesia, en tanto convocados e interpretados por la Palabra de Dios”.

La Teología de la Liberación, basada en la gracia que Dios ha derramado sobre todos los hombres, no concibe cómo puede marginar la sociedad a los que sufren pobreza material y a los que han sido abatidos por la pobreza espiritual y han sido condenados; sostiene con justa razón, que el interlocutor de la Teología de la Liberación es el pobre, el no persona, aquel que no es valorado como ser humano, pero además esta concepción liberadora va más allá, pues considera y rechaza la dependencia, el dominio, el sometimiento de la mayoría de pueblos a la servidumbre, lo que nos revela con razón y se da una toma de conciencia de las masas para buscar su liberación.

La concepción de liberación de Gutiérrez, cuestiona no sólo la realidad de injusticia social en que viven las mayorías, sino que abarca el crítico campo religioso, en tanto considera, con lúcida razón, que si Cristo muere por redimir al hombre del pecado, es para hacernos sentir libres, en virtud de cuya libertad, los hombres deben buscar su liberación, concientes que la relación entre los hombres es un intercambio de libertades que tienen que ser respetadas; y aún va mucho más lejos, porque reconoce la necesidad de que la teología y la acción pastoral, se preocupen de los condenados que han perdido la gracia y se pregunta Gutiérrez: ¿Cómo vivir sin gracia?. Esta es, en apretada síntesis, la concepción teológica de Gustavo Gutiérrez sobre la liberación social y espiritual de los hombres, dentro de una sociedad que hace agua por todas partes, reclamando justicia, verdad y dignidad.

Gustavo Gutiérrez es un filósofo de la religión que propugna el bien y el perfeccionamiento del hombre en su instancia terrenal, no sólo espiritual, sino también material, que satisfaga sus necesidades individuales y sociales. Hay también teólogos, como Agustín de Hipona que aspiran a redimir al hombre del pecado de rechazar la gracia que Dios les ha conferido, para que ganen el derecho de ir a la “Civitas Dei”, pues la “Civita Terrena” es sólo una instancia pasajera y de prueba en la que el hombre debe sacrificarlo todo por mantener su pureza espiritual; en cambio Gutiérrez sostiene que no existe incompatibilidad en no perder la Gracia Divina y ganar el derecho a una vida digna, justa y humana en la tierra.

En esta concepción la filosofía queda totalmente comprometida con la religión, y su sentido liberador se sustenta en la ligazón del hombre con su Dios, por ser una criatura que goza de los privilegios humanos y divinos que su Hacedor le ha concedido.

Así como el filósofo peruano Augusto Salazar Bondy ha sostenido con mucho vigor su teoría sobre la Filosofía de la Liberación y tú Gustavo sostienes con mucho sacrificio personal la Teología de la Liberación, yo sostengo como un filósofo libre pensador “la Liberación de la Filosofía” que en suma es el campo de elevados sentimientos e ideales humanistas; debemos rechazar la sin razón, la insensatez, la esclavitud material o espiritual, la injusticia, la violencia y el terrorismo.


Gustavo, tus amigos celebramos tu triunfo y personalmente te digo como un contendiente del concurso, en buenas manos está la antorcha de tu brillante y sacrificada trayectoria.

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